Cuando colgamos nuestras hamacas, comenzamos a reunirnos como hermanos y a saludarnos, ya que habían llegado hermanos de diferentes lugares donde hemos establecido iglesias. Esto nos permitió saludar a los hermanos que no habíamos visto por un tiempo.

Mientras nos reuníamos para planificar actividades espirituales, algunos hermanos preparaban el almuerzo, ya que el pastor había ordenado sacrificar un ternero para alimentar a toda la iglesia. Se preparó un guiso y, por la noche, se planeó una parrillada después del servicio vespertino.

Se permitió a los niños y jóvenes compartir y disfrutar de la piscina, que fue muy recreativa y cómoda para todos en el campamento.

El día transcurrió felizmente y comenzó a servirse la comida. Por la tarde, la gente continuó disfrutando de la piscina y de algunos refrigerios traídos por los hermanos cristianos.

El primer servicio de adoración comenzó a las 6 p. m. y todo fue maravilloso. Cantamos y alabamos a Dios, y luego escuchamos los sermones del pastor de la iglesia.

Fue un maravilloso servicio al aire libre con una brisa espectacular. El servicio terminó a las 9 p. m. A partir de entonces, disfrutamos de una deliciosa parrilla hasta las 11 p. m., ya que tuvimos que dormir para prepararnos para el servicio de la mañana a las 5 a. m.