Luego de un largo periodo de ausencia de la plataforma, motivado por asuntos personales y especialmente por la salud ocular de mi esposa, ahora regreso a retomar mis actividades diarias y especialmente a compartir con mis amigos lectores los maravillosos momentos de la celebración del cumpleaños número 60 de mi esposa, que sin duda es un momento de alegría y felicidad.

El día comenzó a las 6 a. m., y mi esposa se despertó muy feliz. Junto con mi hija menor, le cantamos feliz cumpleaños y nos preparamos. Hoy, el especialista en retina la evaluará para determinar el progreso de mi esposa con el tratamiento de inyección de retina. Ha estado en tratamiento prolongado desde marzo de este año, tras haber perdido una cantidad significativa de visión debido a graves problemas de retina en ambos ojos.

Nos preparamos y nos dirigimos a la ciudad de Anaco, donde se encuentra la clínica del especialista. Al llegar, había mucha gente inscrita para ver al especialista.

Tuvimos que esperar nuestro turno y, a la 1:10 p. m., salimos de la clínica. Los resultados fueron satisfactorios y solo necesita continuar con las inyecciones en la retina de su ojo izquierdo durante dos meses.

Salimos de la clínica y disfrutamos de un abundante almuerzo para compartir con la cumpleañera y pasar un buen rato en familia.

La cumpleañera quería una parrillada con carne, pollo y chorizo, y la consentimos. Pasamos un buen rato en la parrillada, un lugar muy agradable.

Después de comer, fuimos a comprar un pastel que habíamos pedido en una pastelería. Estaba delicioso y lo compartimos al volver a casa, ya que pasamos la tarde entre la clínica y la tienda donde habíamos ido a comer.

Cantamos el feliz cumpleaños y disfrutamos de un trozo de pastel cada uno. Pasamos un buen rato en familia con la cumpleañera hasta que decidió descansar en su habitación, ya que regresamos de Anaco a las 17:20.

Sin duda, fue un día especial y maravilloso el que compartimos con mi esposa en su 60 aniversario.

Llegó la noche y nos relajamos con una infusión de malojillo, ya que habíamos comido mucho durante el día y no queríamos cenar nada más.