Comienzo el día con mi devocional habitual de oración y lectura bíblica para fortalecer mi bienestar espiritual, que es mi prioridad antes de cualquier otra actividad del día.

Después de mis devocionales, voy al jardín y disfruto de mis plantas medicinales y de las plantas de chile y yuca recién plantadas, aprovechando las lluvias caídas para fortalecerlas y animarlas a crecer para su oportuna cosecha.

Cuando terminé mi recorrido por el jardín, mi esposa ya se había levantado y preparado un delicioso café y un desayuno abundante, ya que hoy tenía que acompañar al pastor Miguel Calvo a la gasolinera a llenar el tanque de su vehículo.

A las 8:20, pasó por mi casa y nos dirigimos a la gasolinera, donde ya había una fila de autos esperando para repostar.

Tuvimos que esperar un rato, ya que éramos el grupo 6, y cuando llegamos, estaban llenando al segundo grupo.

Finalmente, nos llegó el turno sobre las 10 de la mañana, y pudimos llenar el tanque de gasolina y regresar a casa.

Al llegar a casa, descansé un rato y, como media hora después, se fue la luz, así que tuve que esperar hasta la 1 p. m., ya que tenía que acompañar a mi esposa al centro a comprarle cosméticos para la piel y otras cosas.

Volvió la luz y salí con mi esposa alrededor de las 2:30 p. m. La dejé en una tienda para que observara lo que quería comprar. Me quedé frente a la tienda, en una heladería, y allí disfruté de una rica barquilla mientras esperaba a mi esposa.

Mi esposa finalmente salió de la tienda y pudimos regresar a casa alrededor de las 3:50 p. m., lo que me permitió descansar de nuevo y prepararme para el servicio de oración en la iglesia, que comenzó a las 6:00 p. m. y terminó a las 7:30 p. m.

Al llegar a casa, cené y luego revisé mi teléfono hasta que me quedé dormido.