Empiezo el día enfocándome en mi bienestar espiritual, priorizando la meditación, la oración y la lectura de la Palabra de Dios. Esto me ayuda enormemente a concentrarme, a tener paz espiritual y a renovar mi mente con versículos bíblicos, lo que me permite recibir la guía de Dios para afrontar las diferentes situaciones del día.

Después de completar mis actividades de crecimiento espiritual, voy a mi jardín para conectar con la naturaleza y revisar cada área de mis plantas para su mantenimiento.

Mi primera conexión con la naturaleza en mi jardín es precisamente con mi cultivo de chiles, donde he observado que las plantas crecen al ritmo del fertilizante y el agua de lluvia que han estado recibiendo.

Estas plantas de chiles tienen unas tres semanas desde que las planté en mi jardín, y la lluvia ha sido muy frecuente, lo que, en parte, ha sido muy beneficioso. Sin embargo, la abundancia de agua afecta el desarrollo y crecimiento de las plantas.

La cosecha de chiles dulces dura aproximadamente de 60 a 70 días, lo que significa que debería tener mi cosecha para mediados de septiembre, si Dios quiere.

Continué mi recorrido por la zona de yuca, y las plantas también están en pleno desarrollo y crecimiento, y se espera que su cosecha dure aproximadamente seis meses.

Este trabajo requiere paciencia y mantenimiento, lo que significa que la cosecha dependerá del cuidado que les demos a las plantas.

Les cuento que mi huerto está sembrado de chiles, yuca y plátano. También tiene una zona con plantas medicinales, y hoy mi esposa está preparando una infusión de malojillo. Estoy cortando algunas ramas para que ella prepare un té de esta planta, que nos beneficia mucho a la salud y, sobre todo, combate las molestias causadas por el virus actual, que causa gripe, fiebre y dolor de cabeza.

Por la tarde, trabajaba exclusivamente en mi computadora, publicando, comentando y votando.

Por la noche, miraba las noticias en mi teléfono, luego me tomé mi té de malojillo y me fui a dormir.