Hola, ¿qué tal, amigos? Confío en que se encuentren bien.

Hoy presentaré mi participación en este desafío que es la elaboración de salsas caseras.

Es importante aprender a preparar en casa, ya que estas cambian el sabor de nuestras comidas, haciéndolas más gustosas.

Para preparar mi ketchup, lo primero que haré es asegurarme de que los tomates estén bien maduros, porque de esta manera mi salsa tomará un buen color y no va a ser necesario agregar ningún colorante.

Deben de estar limpios.

Luego procedo a cortar por la mitad y los coloco en una olla; junto con el ají rojo en este momento le agrego la media taza de agua Quizás pensemos que media taza es poquita, pero no es así; es la cantidad suficiente, ya que el tomate al hervir suele botar agua. Lo cocino por unos minutos y luego le agrego los dientes de ajo, procedo a tapar para que los sabores se integren.

Retiramos del fuego y dejamos reposar unos minutos para que se enfríe un poco.

Luego lo vertemos en la licuadora y procesamos muy bien, colamos y eliminamos cualquier exceso, obteniendo una mezcla sin ningún tipo de grumos.

Llevamos nuevamente esta mezcla al fuego y, para que se le integren los sabores, se le agrega el resto de los ingredientes y se deja hervir por unos minutos. Se tornará espesa.

Se retira del fuego.

Esterilizamos un pote, preferiblemente de vidrio, y vertemos nuestra mezcla.

Allí ella se puede conservar durante unos 6 meses si utilizamos muy bien la técnica de manipulación.

Anteriormente he realizado este tipo de salsa, por lo que me parecía muy fácil la elaboración.

Y en cuanto a la dificultad, no tuve ninguna; más bien disfruté el proceso.

No hay salsa más rica que la que preparamos en casa porque su ingrediente principal es el amor; el sabor, el color y la textura son únicos e inigualables.

Las ketchups comerciales, aunque duran más por el conservante que usan, suelen ser más dañinas.

Para culminar con mi participación deseo invitar a días @mireyalongart @albanita @sariana