Cuentos de patrulla. "A la hora de cerrar"
En la vida de un patrullero, las anécdotas mas memorables ocurren en la guardia nocturna...
... y no solo hablo de crimen, sino también de otras cosas que son difícilmente visibles de día, anécdotas que flexibilizaron mucho mi mente cuando decidí aceptar el trabajo de investigador paranormal luego de retirarme.
No se tratan solo de esta clase de historias, también anécdotas extrañas, pues da la impresión que el mundo se comporta de una manera durante la luz del día y de otra muy distinta durante la noche. En la oscuridad, las cosas funcionan de forma muy diferente a como lo hacen en
el día.
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Estuve trabajando por años en el Parque Los Caobos de Caracas, cuyo nombre real es Parque Sucre, pero siempre ha sido conocido por sus famosos arboles de caoba, que llegaron a ser muy abundantes en el. Era un parque con muchos cuentos y anécdotas, cualquier cantidad de cosas pasaban cuando oscurecía. La inseguridad hizo que lo cercaran a finales de los 90 y se homologo su apertura al publico según los reglamentos vigentes del Instituto Nacional de Parques.
A la hora de cerrar, pues los policías éramos los responsables de la apertura y el cierre, siempre pasaba alguna cosa. Era raro cuando la pareja de oficiales encargados del cierre no llegaba contando un cuento o alguna anécdota sobre algo que había pasado mientras cerraban. La mas común siempre era que encontraban a alguien saltando la reja.
Cierto día, me toco cerrar y tuve que hacerlo solo, porque se habían llevado a otros compañeros a apoyar uno de los tantos operativos nocturnos que se hacían en ese entonces. No le di importancia, pues solo había que cerrar los tres portones, aunque eran pesados una persona podía movilizarlos tranquilamente, sin mayor complicación.
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El tiempo estaba frio y hacia una llovizna muy leve, como un rocío que caía que apenas se sentía, solo visible con la luz de los faroles que operaban a esa hora. Me fui caminando tranquilamente a cada una de las puertas, dando chance a que mientras caminaba por el pasillo principal del parque, los visitantes que quedaban me visualizaran y fueran desalojando.
Cuando ya solo me quedaba la puerta del estacionamiento por cerrar, paso una cosa tan extraña que aun no le consigo explicación. Para llegar al estacionamiento había que atravesar el parque infantil, mientras lo hacia, de la nada, cayo un rayo a unos metros de donde yo me encontraba. La explosión fue monumental, me dejo el pitido en los oídos por un rato.
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Había humo, algunas estructuras de madera del parque comenzaron a incendiarse, pero la humedad de la llovizna hizo que no tomaran fuerza y se fuesen apagando lentamente. Yo seguía un poco atontado, los candados de las puertas estaban tirados en el piso y me costo un poco para recobrar el equilibrio y tomarlos del piso.
Lo verdaderamente raro fue que no estaban cayendo rayos esa noche, ni antes ni después, fue el único rayo que cayo. Si hubiese caído cinco metros mas a la izquierda, quizás no se los estaría contando.
¡Hasta la próxima cumbre!
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Upvoted! Thank you for supporting witness @jswit.
¡Hola @marvinvelasquez! Tremenda historia, me atrapaste desde el inicio con esas anécdotas nocturnas de patrullero en el Parque Los Caobos. ¡Qué manera de empezar contando sobre esas experiencias que te abrieron la mente para la investigación paranormal!
Esa imagen generada con Leonardo AI le da un toque muy especial a tu relato. Y ni hablar del rayo, ¡qué susto! Me encanta cómo describes la escena y el misterio que la rodea. Definitivamente, las noches en ese parque debían ser de otro mundo.
Gracias por compartir estas experiencias tan personales y llenas de intriga. ¡Ya quiero saber qué más te pasó en esas guardias! ¡A seguir creando contenido así de bueno!