The Diary Game | 17 de mayo | Escapadas a La Colonia Tovar

         Caracas, 17 de mayo de 2025

Cada día de nuestra vida es una absoluta bendición, pero hay unos días que tenemos oportunidades maravillosas de experimentar algo diferente a nuestras rutinas, compartir con nuestros seres queridos, respirar otro aire.

Hacía unas semanas, mi tía Rosa me había invitado a un paseo organizado por sus compañeros de trabajo para que me sumara, pero por razones económicas yo preveía que mejor no me comprometía.

Unos días después me comunicó que mi prima y comadre nos regalaría el costo del transporte a Sofi y a mí ¿Cómo decir que no?.

Así que llegado el día nos levantamos muy temprano cargando con nuestro desayuno. Fuimos las primeras en llegar al punto de encuentro, en La Yaguara. Nuestro grupo era de puras chicas, tres generaciones reunidas para este paseo.

En el camino desayunamos, aproveché de subir una publicación e intenté tomar fotos y video sin éxito por el movimiento del vehículo en tantas curvas jejeje.

Hicimos una primera parada en El rey de los golfeados y seguimos camino hacia nuestro destino: la encantadora Colonia Tovar, la cual tenía muchos años sin visitar y adonde Sofi no había ido antes.

Ya en la zona hicimos dos paradas más en lugares que no conocía, unos de los sitios turísticos que se ofrecen a los visitantes: El jardín de las hortensias y Mi Kabrita.

De allí, el transporte nos llevó al pueblo para que visitáramos el centro y las zonas que quisiéramos hasta la hora de reencontrarnos para volver a Caracas.

Recorrimos un poco el centro, la Plaza Bolívar y la iglesia de La Colonia Tovar. Mis primas querían lanzarse en tirolesa, así que terminamos contratando un servicio que nos llevó allí y a otros sitios turísticos. Quedó muy bien organizado el recorrido porque en el último de ellos almorzamos y al retornar al centro nos obsequiaron el postre, una muestra de fresas con crema jejeje.

Estuvimos un rato más en el centro viendo qué llevar a nuestros seres queridos entre la gran oferta de productos que ofrecen allí.

A la hora acordada regresamos al estacionamiento a encontrarnos con el resto del grupo.

Hicimos dos paradas más de regreso a casa, una en El Junquito ya que unas personas querían comprar cochino frito, la otra para buscar golfeados, por supuesto.

Una terrible noticia empañó el día pues nos enteramos del fallecimiento de una jovencita del colegio, estudiante de primer año, desconocíamos las causas.

Llegamos a casa a las siete y tantas porque antes pasé comprando café y me tomé una taza al llegar. Había pasado casi todo el día con dolor de cabeza y el analgésico no me había hecho efecto. Era café lo que pedía mi sistema nervioso.

Me alegró disfrutar este gran día en compañía de mi familia, ver a mi tía Carmen que está desde hace meses sometiéndose a tratamiento médico lanzarse en la tirolesa no tiene precio. Atesorar estos momentos donde están la salud integral y la felicidad es oxígeno para la vida.

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Todas las imágenes son de mi autoría, captadas con un teléfono celular Tecno Spark exclusivamente para esta publicación

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