El eterno ciclo de la vida que, en ciertos períodos, nos regala una naturaleza esplendorosa y en otros, en cambio, nos muestra la resequedad de un paisaje desolado tiene que reflejarse, sin dudas, en el alma sensible de un poeta, en las mágicas palabras que revelan una verdad acrisolada en el particular lenguaje de quien siente la necesidad de expresar esas inquietudes.
Me gustaron todos, pero mi favorito es el segundo. Por lo bien que transmite esa ebullición de lo que anhela y por la forma que nos sorprende por su sonoridad de letanías... Éxitos, amiga. Gracias por este excelente presente.
A mí también me gustó el segundo, aunque lo escribí con cierta timidez, pues no deseo dar la imagen erotismo, jeje. Gracias por tan valioso comentario. Un abrazo.