El Juego del Diario: 02-08-2025 // Día de paseo, por el Paseo Orinoco, aquí en Ciudad Bolívar.

in Steem Venezuela6 days ago

Hoy es uno de esos días que te marcan, y no lo digo a la ligera. Me levanté temprano, sintiendo la humedad del ambiente, esa que te recuerda que estás en el trópico. Y claro, mi plan de hoy era ir a dar una vuelta por el Paseo Orinoco, aquí en Ciudad Bolívar. No es la primera vez que voy, pero siempre hay algo nuevo que te sorprende.

Salí de la casa y el calor ya era considerable. Ya en el paseo, la primera cosa que me llamó la atención fue el movimiento. No era esa multitud de un fin de semana, sino una actividad más tranquila, de gente que va y viene haciendo sus diligencias. Algunos pescadores preparaban sus chinchorros, otros limpiaban el pescado que habían traído del río. El olor a pescado fresco mezclado con el de las empanadas recién fritas es algo que te transporta de inmediato.

Me senté en uno de los bancos que están bajo la sombra de los grandes árboles, justo frente al río. El Orinoco, majestuoso como siempre, se veía increíble. La brisa que venía del río era un alivio bienvenido.

Mientras disfrutaba del paisaje, un señor de unos 70 años se sentó a mi lado. Se presentó como Don José y me contó que él ha vivido toda su vida en Ciudad Bolívar. Me habló de cómo ha visto cambiar el paseo a lo largo de los años, de las crecidas históricas del río y de las leyendas que se cuentan sobre las profundidades del Orinoco. Me dijo que el río es como un ser vivo, con sus propios secretos y su propio ritmo. Su voz era tranquila y sus ojos brillaban al hablar de su hogar. Después de un rato, me levanté y seguí mi camino. Me detuve en un puesto de venta de dulces criollos y compré un par de "conservas de coco" que estaban deliciosas. Mientras las comía, vi a un grupo de niños jugando con un perro en la orilla del río. Sus risas se mezclaban con el sonido de las olas pequeñas que chocaban contra la orilla. Era un momento simple, pero lleno de vida y alegría.

Antes de irme, pasé por la Casa del Congreso de Angostura. No entré, pero me quedé un rato observando su arquitectura y pensando en la historia que encierran esas paredes. Es impresionante estar en un lugar que fue tan importante para la historia de nuestro país. La tarde estaba cayendo y el sol ya no pegaba tan fuerte. La luz se volvía dorada, dándole al Orinoco un brillo especial. Me sentí agradecido por este día, por los pequeños momentos que te hacen sentir vivo. El Paseo Orinoco no es solo un lugar de encuentro, es el corazón de la ciudad, un testigo silencioso de la vida que fluye, igual que el gran río que lo acompaña. Hoy me voy a la cama con el alma llena de historias y con la promesa de volver pronto a este lugar mágico.

"Orinoco, la voz de un río eterno"

"Fotos de mí propiedad tomadas con mí redmi note 12"

Sort:  
Loading...