Comienzo el día con gratitud a Dios y por las misericordias de un nuevo día. Hacer mi oración matutina es un hábito que fortalece mi bienestar espiritual y reconforta enormemente mi fe, especialmente en estos momentos, cuando mi esposa ha estado experimentando ciertos problemas de visión y requiere tratamiento láser e inyecciones en la retina de ambos ojos.

Hoy le pondrán la inyección en el ojo derecho, lo que le permitirá restaurar los vasos sanguíneos de la retina. Por lo tanto, después de orar, mi esposa, mi hija mayor y yo nos preparamos y fuimos a la ciudad de Anaco, donde se encuentra la clínica que atiende el caso de mi esposa.

Cuando llegamos, había otros pacientes esperando a que abriera la clínica. De hecho, estaban con otro especialista, y mi esposa con el especialista en retina, lo que nos permitió ser los primeros entre los pacientes de ese médico.

Abrieron la clínica porque habíamos llegado muy temprano y nos inscribimos primero.

Cuando llegó el médico, lo primero que hicieron fue ponerle gotas en el ojo derecho a mi esposa para prepararlo para la inyección en la retina.

El médico volvió a examinar el ojo de mi esposa y notó que tenía la presión ocular muy alta. Le dio una pastilla para controlarla y luego proceder a la inyección.

Llamaron a mi esposa y la llevaron al quirófano, donde solo pueden entrar el paciente y el médico, así que no pudimos tomar fotos del momento.

Mi esposa ya estaba más tranquila, así que le aplicaron la inyección en la retina de su ojo derecho. Esto le causó algunas molestias y le provocó una sombra redonda en el ojo. El médico dijo que esta sombra dura 48 horas y luego desaparece.

El tratamiento es algo complicado, pero confiamos en Dios que todo saldrá bien.

Cuando mi esposa ya estaba más tranquila y le molestaba menos el ojo derecho por la inyección, regresamos a casa para que pudiera descansar y tranquilizarse mejor, ya que tiene menos molestias con los ojos cerrados.

Gracias a Dios, mi esposa pasó la tarde descansando y durmió un buen rato.