El hombre con la pistola está en la iglesia

Todo el mundo habla del hombre con la pistola. Algunos dicen que lo vieron en la iglesia en la misa de las 9 de la mañana. Pero otros tan solo dicen que lo vieron pasar. Otros, como nunca lo han visto, se remiten a lo mero simbólico y dicen: “El hombre con la pistola está en tu conciencia”. Y hay gente, sobre todo padres de familia, que se preocupan porque también lo han visto en la escuela y temen por la integridad de sus querubines, a sabiendas de las noticias terribles que a veces salen en las redes y en los periódicos.

Dicen, además, las lenguas de doble filo, que el hombre con la pistola te da lo que le pidas. De modo que no se sabe muy bien lo que todo este rollo significa: ¿El hombre señalado es malo o es bueno? Lo que no nos convence a los que vivimos desconfiando de todo, es sencillamente la pistola. A menos de que se trate de alguna suerte de héroe pistolero como los que nos presentaban las antiguas películas del oeste norteamericano. Porque, ¿qué significa un arma de esa naturaleza? Bueno, varias cosas como, por ejemplo, la disuasión; es decir, hay que respetar al que anda armado, de lo contrario uno puede salir como los pantalones de Cantinflas: con huecos por todos lados.

Lo otro es que el que anda con una pistola puede que sobreviva a punta de andar robando a los demás. Por lo tanto, la situación de este personaje es enigmática, pero que no deja de ser sospechosa, porque lo otro que destacan de él es que: “Maneja los placeres”, y, peor aún, se dice que los amigos de ese sujeto tienen aspecto embalsamado y consumen objetos de plástico como si se tratara de galletas de soda con mermelada.

_{Relato dedicado al grupo Desorden Público.}

_{Invitación: @danapalooza, @gemamedina, @crismenia}