¿Qué habría sido de mí si...?

  Generalmente, la vida gira en torno a la toma de decisiones. Algunas de ellas son acertadas, pero otras, no, y esto abre un detabe muy interesante respecto a la interrogante que anuncia la dinámica de nuestra amiga @lirvic . Por ello, me complace decir presente, ya que más de una vez me he cuestionado qué hubiese sido de mí si... Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  La toma de decisiones es una de las acciones que más me cuesta accionar. En gran medida, esto se debe a mi personalidad analítica y perfeccionista, ya que para mí es complicado aceptar que algo me puede salir mal. Por ello, mi historia de vida está conformada por varios: ¿Qué habría sido de mí si...?

  Ahora bien, aunque cada una de esas situaciones tienen dicha pregunta tan icónica, no puedo negar que la más resonante es la que me traslada al año 2012 cuando después de considerar una buena opción estudiar inglés en un país donde este idioma fuera su lengua materna, cambié de idea y, para que comprendan mejor el motivo de este cambio, les explico detalladamente el contexto de la historia.

  Para el año que mencioné con anterioridad, estaba en el proceso de seleccionar qué universidad y carrera profesional iban a ser las idóneas para mi nuevo ciclo académico y, aunque en ningún nomento dudé respecto a lo que quería estudiar o, el lugar; para ese momento, mi desequilibrio emocional estaba rozando su tópico más alto. Debido a ello, esta situación auspició que considerara cambiar mis planes y tuviera en cuenta la opción de irme a Canadá. Cabe acotar que, este proyecto surge con la idea de estudiar inglés en esta nación. No obstante, lo que en realidad estaba sucediendo con ese nuevo querer es que, quería estar lejos de mi cotidianidad y, según mi criterio en ese momento, esto era la cura ideal para todo lo desagradable que estaba sintiendo.

  Decirles que en ese momento sabía lo que hacía, es mentirles, porque la realidad es que desconocía todo lo que podría implicar vivir sola en un país totalmente desconocido para mí, con otro idioma y, la cereza del pastel estaba en la carencia de madurez que tenía.

  Cuando le dije a mi familia que quería irme a Canadá, buscaron todas las herramientas esenciales para ayudarme a comprender que, en esas circunstancias en las que estaba, no era recomendable dar ese paso. Después de una extensa batalla entre sí o, no, terminé dejando a esta idea y, no les voy a negar que, por primera vez en mi vida, el miedo me dominó tanto que, me impulsó a rechazar esa idea.

  En vista de todo lo que sucedió conmigo unos meses después de este cambio de idea, no dejo de preguntarme:

¿Qué sería de mí si en 2012 me hubiese ido a Canadá?

  Partiendo de esa interrogante, no puedo dejar de sentir intriga por saber si mi pasión por el periodismo me iba a impulsar a estudiar esta carrera allá o, simplemente, me quedaría con el aprendizaje del inglés para posteriormente dedicarme a otra cosa y, de ser así, también me pregunto si me gustaría ese estilo de vida o, me sentiría bien. De igual manera, es curioso cuestionarme cómo iba a ser mi desenvolvimiento al tocar fondo en la depresión y, encontrarme sola, ya que para desafiar este trastorno, el apoyo familiar es clave y, si me costó superarlo con la compañía de ellos, no sé cuál hubiese sido mi reacción estando en solitario y, aunque jamás lo sabré, es imposible no pensar en todas las posibilidades que pudieron surgir.

  Lo más seguro es que jamás voy a tener respuestas a todas las interrogantes, pero hoy día, me siento tranquila por la decisión que al final tomé, ya que la decisión que terminé tomando me enseñó que existen situaciones donde el miedo, nos impide caer en un abismo y, acepto que la intriga de que hubiese sido de mí, me ha permitido reflexionar y ser más consciente de mis decisiones, ya que una acción hay que ejercerla con sensatez y cordura.

  Estoy convencida de que por más sencilla que sea una decisión, esta va a desencadenar miles de consecuencias negativas y positivas. Es por esto que, es indispensable ser responsables al momento de decidir, porque es preferible repetirnos una y otra vez la interrogante de qué hubiese ocurrido a, terminar arruinandonos la evolución por una mala decisión, ya que este no es el propósito de la vida.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación fueron extraídas de mi galería personal}