Hoy es un día para compartir en familia, mis niños habían planificado salir un rato y su papá decidió complacerlos, estamos feliz por su buen desenvolvimiento en este año escolar.

A las 11:00 AM estábamos listos para salir, queríamos ir a ver a los pescadores en el paseo Orinoco, el río crece y crece y para esta época es una cita fija en ese lugar, aunque no es fácil salir a esta hora porque el calor está insoportable, pero los niños estaban emocionados.

Al llegar nos sorprendimos por la gran crecida del río, y aún es cuando falta por crecer, ya hay algunas comunidades inundadas y se ha predicho que pueda que se salga hacia la calle, los más bonitos es que en estas fechas se dan cita muchos pescadores y es maravilloso verlos pescar, también aprovechan a vender a los lugareños y visitantes la pesca del día.

Caminamos y observamos a algunas personas pescando desde las barandas, los niños también querían arrojar sus anzuelos, pero no llevamos el equipo necesario para hacerlo, caminamos vimos como lo hacían los pescadores y quedamos en venir otro día para que probaran como pescar.

Los niños estaban felices de ver qué un pescador encima de su embarcación pescó una zapoara, primera vez que ven una y allí le conté sobre la historia que tenemos en nuestro estado, en dónde un extranjero llegó a Ciudad Bolívar y le dijeron que si come la zapoara le cortará la cabeza, pero no hizo caso y se la comió, así que se quedó en Ciudad Bolivar con una Guayanesa.

Después de allí decidimos ir a un restaurante a almorzar, mi esposo os llevo a Dore's, primera vez que íbamos allí y nos pareció muy chévere y la comida muy rica, pedimos pollo a la Broaster, arepitas, ensalada y refresco, un lugar muy ameno y acogedor del cual no quería salir porque afuera me esperaba un gran calor.

Regresamos al paseo Orinoco y mi esposo paso comprando unos anzuelos y un rollo de nylon para pescar, allí conseguimos carnada con otras personas que estaban pescando, probamos suerte por un rato, pero nada, los peces se comieron toda la carnada.

Al final de la tarde regresamos en a la casa y ya veníamos acalorados, pasamos por un local comprando una bebida para refrescarnos mi esposo y yo mientras a los niños les compramos unos helados, llegamos a la casa para descansar del ajetreo del día de hoy.