el amor duele. ¿por que ya no sabemos amar?

in Newcomers' Community3 days ago (edited)

el amor... duele. Queremos amor, queremos amar y ser amados. Pero lo queremos sin complicaciones, sin sentir dolor ni tristeza. Solo si es bonito, si es perfecto. Solo si no exige nada a cambio.

Imagen: Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), dirigida por Michel Gondry. Créditos de Universal Pictures y Focus Features.

Pero lo cierto es que el amor no es como lo idealizamos. No es perfecto ni lógico. Y justamente eso es lo que lo hace tan real, tan humano.

Nos hemos acostumbrado a lo instantáneo, a lo fácil, a lo que no requiere esfuerzo ni compromiso. Pero las relaciones son todo lo contrario: algo lento, complejo y lleno de responsabilidad hacia la otra persona. Amar requiere constancia, atención y cariño.

Imagen: Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), dirigida por Michel Gondry. Créditos de Universal Pictures y Focus Features.

Sin embargo, cuando algo se quiebra lo más mínimo, buscamos otra salida, otra opción, otra historia. Amamos rápido, torpe, impulsivo, sin autocontrol. Nos asusta más la incomodidad que la soledad, hasta el punto de romantizarla. Y así dejamos de saber lo que es amar. No porque no sepamos, sino porque no soportamos lo que implica.

Queremos que alguien nos salve, pero sin salvar. Queremos intensidad, pero sin consecuencias. Y cuando aparece algo real, lo sobre pensamos tanto que nos asfixia. Lo que no encaja con nuestra versión idealizada lo descartamos. Lo que se rompe lo tiramos. Lo que duele lo evitamos. Así, ansiamos algo que nunca llega.

Hay quienes viven enamorados del amor. Personas que van de fracaso en fracaso, siempre enamoradas de la idea, pero nunca de la persona. Se ilusionan con un amor a primera vista, un chico perfecto, una historia de ensueño. Luego llega el malentendido, el error, la desilusión… y finalmente, un corazón roto y lágrimas amargas.


Imagen: Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), dirigida por Michel Gondry. Créditos de Universal Pictures y Focus Features.

El problema es que buscamos amor en cualquier gesto, en cualquier cumplido, pero nada nos parece real. Porque, en el fondo, lo que anhelamos es imposible. Y así, volvemos a empezar el mismo ciclo una y otra vez.

¿En qué momento pensamos que amar era encontrar a alguien sin defectos? ¿En qué momento un error se convirtió en motivo suficiente para marcharse? A veces los momentos más bonitos llegan después del caos: la paz tras una discusión, el abrazo después del enfado, el entendimiento de que, a pesar de los errores, aún quieres estar ahí.

Imagen: Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), dirigida por Michel Gondry. Créditos de Universal Pictures y Focus Features.

El amor no es un premio ni una garantía de felicidad. Es una apuesta, un riesgo. Y hoy, muchos prefieren no tomarlo por miedo a sufrir. Es más fácil culpar al otro que mirarnos dentro y reconocer lo propio.

Quizás muchos somos como esas personas que solo están enamoradas del amor. Pero los límites existen, hay errores que no deben perdonarse. Aun así, no podemos esperar una relación sin conflictos, porque entonces no buscamos amor: buscamos ficción.

Imagen: Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), dirigida por Michel Gondry. Créditos de Universal Pictures y Focus Features.

La autocrítica es el camino más difícil. Entender al otro, pedir perdón, mirar con otros ojos y reconocer que tu pareja también está dañada, que también teme sufrir, pero aun así lo intenta. Eso es apostar por el amor. No negarlo ni minimizarlo. Porque aunque tenga dolor, aunque sea imperfecto, el amor sigue siendo la base de nuestra existencia.

el amor real es torpe. A veces duele, confunde, incluso asfixia. Pero también puede sanar y salvar. Solo si aprendemos a mirar más allá de la imperfección. Solo si dejamos de exigir perfección. Solo si entendemos que amar no es recibir, sino compartirlo todo con la otra persona.

Cualquiera puede amar por un motivo. Lo verdaderamente difícil es amar a pesar de algo. Conocer los defectos y decidir abrazarlos también. Eso es inusual, eso es puro, eso es realmente perfecto.

Imagen: Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), dirigida por Michel Gondry. Créditos de Universal Pictures y Focus Features.

Y cuéntame… ¿tú te has sentido así? ¿Lo has llegado a vivir?
Gracias por leerme, yo soy Marceline y hasta el próximo blog.🌹✨