rv-experiencia // Una travesía inesperada

Hay escenarios en la vida donde debemos ser valientes para hacer un cambio. En nuestro entorno, este cambio no es fácil porque a menudo vamos a contracorriente, pero si somos guiados por Dios, Él abrirá las puertas.

El año pasado, vi un problema cerca de mi comunidad y, a pesar de no ser directamente afectado, sentí empatía. Si ese árbol caía, se llevaría el cableado de la manzana y el transformador cercano. Si el golpe era muy fuerte y se dañaba, los organismos públicos no asumirían el gasto; lo harían las seis familias cercanas. Después de preguntar si se había hecho algo por el árbol, los vecinos me comentaron que no habían obtenido respuesta. Fue entonces cuando me animé a tocar puertas para hacer un cambio.

Conocí una aplicación llamada VenApp e intenté interactuar con ella, a pesar de mi poca experiencia. Fue difícil hacer el reporte, pero gracias a Dios, atendieron mi solicitud y realizaron la primera poda. Sin embargo, el riesgo de caída del árbol aún persistía.
Me atreví a ir a la alcaldía y me dirigí a Control de Poda Urbana. Pagué los trámites, el transporte en moto y asumí todos los gastos. Quizás te preguntes por qué no avisé a la comunidad. Sí lo hice, pero nadie aportó. Pude haber dejado las cosas así, pero si Dios me estaba dando la oportunidad de hacer algo diferente, tenía que ser valiente, porque Su misericordia es nueva cada día. Y aunque ellos no vieran el problema, Dios los guardaba y protegía.

Después de cuatro meses de arduo trabajo y agotamiento mental, Dios abrió la puerta con un organismo de tala. Se logró talar el árbol por completo. Gracias a Dios, se consiguió y aquí puedo dar testimonio de que Él responde. Yo, sin tener un cargo político ni comunitario, fui usado y guiado por Dios. No es fácil, pero se salvó una vida y se evitó un gasto a las familias cercanas. En una de esas casas, hay una madre con tres hijos ciegos; imaginen tener que aportar para algo que se pudo evitar.(Con evitar me refiero a pagar un nuevo transformador para recuperar la electricidad)

Mi experiencia concluye aquí. Si quieres hacer labor social, atrévete, pero ten en cuenta que no es algo sencillo. Es asumir una carga que, si no se la entregas a Dios, te abrumará por completo. En esa etapa, Dios me dio autoridad, gracia y amor por el prójimo. Después de terminar todo, la alegría de haberlo logrado es inmensa. Mi nombre será olvidado, pero lo importante no es que me recuerden a mí, sino que sepan que Dios les respondió y usó a una persona para protegerlos. Lo que importa es que el nombre de Dios sea reconocido, porque Jesús es el camino, la verdad y la vida, y nadie va al Padre si no es por Él (Juan 14:6).
(Fotos tomadas de mi teléfono personal)

Invicto a @maryury @nicole @jennyfer para que cuenten su experiencia 💯❤️