Concurso sobre valores / El profesionalismo / No debemos ser tan agarrados

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El profesionalismo como tal se refiere al grado de especialización que tiene un individuo en un área específica del saber. Hoy en día los profesionales de todas las áreas tienden a especializarse, así, por ejemplo, los médicos egresan de las universidades como médicos generales, pero, luego, tras llevar a cabo los estudios de postgrado de su preferencia, puede que obtengan sus títulos de especialización, maestría, doctorado e, incluso, postdoctorado.
Y suponiendo que toda esta retahíla de estudios sea en una misma área (en las ciencias médicas hay muchas áreas, por ejemplo: oncología, cardiología, neurología, endocrinología, etc.), entonces la persona se convierte en un profesional de muy alto nivel. Esto implicaría una mayor certeza en las acciones; es decir, un trabajo más confiable o de mayor calidad.
El asunto no se aplica solo a los médicos, se aplica a cualquier profesional de las ciencias o de las artes, lo que nos lleva a considerar el hecho de que lo ideal en el mundo es que todos deberíamos ser mejores en los oficios en que nos desenvolvemos, lo cual puede traer como consecuencia que seamos personas útiles y ejemplares, y, además de eso, de seguro que de hambre nunca nos vamos a morir.
Y desde luego que ese profesionalismo debe ir acompañado de un principio que, gracias a la codicia y al afán de acumular grandes sumas de dinero, tiende a ser dejado en el olvido: la ética profesional.
Claro está que todos los habitantes de este mundo merecemos vivir bien, comer bien (echarnos los 3 golpes diarios más las merienditas), vestirnos bien, disfrutar del tiempo libre, etc. Aunque tampoco debemos caer en extremos como el que planteaba un loco aquí en Venezuela: "¡Ser rico es malo!" Pero no debemos olvidar que este mundo no es perfecto y que no todas las personas corren con la misma suerte. Y con esto lo que quiero decir es que no debemos ser tan agarrados.

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En efecto, nuestras acciones como profesionales deben evitar a lo sumo perjudicar a las demás personas, porque nuestra meta más sagrada es ser mejores ciudadanos, no solo de nuestro barrio, de nuestra ciudad, de nuestro país, sino del planeta entero.
Ciertamente amigo, es un tema muy importante, digno de debatir. Hoy día vemos profesionales ejemplares que se han preparado muy bien para ser mejores cada día y esto implica tener bien claro que además de alcanzar las metas propuestas, se deben tener como referncia los valores, que te harán mejor individuo y por ende mejor ciudadano.
Claro que sí, amiga, no importa que seamos feos, lo importante es que seamos bonitos por dentro. Saludos.