Hoy me siento verdaderamente feliz, volví a ver y abrazar a mi sobrina. Hace cuatro años que se fue con su madre del país en busca de un futuro mejor. Recuerdo ese día de la despedida con mucha tristeza. Le dijimos adiós; ella estaba pequeña y con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta. Fue una amarga despedida. .

Pero después de cuatro años llegó de visita; no se imaginan la gran alegría y la emoción que sentí cuando la vi, y nos pudimos abrazar. Lloramos, pero esta vez fue de felicidad. .

Esa noche ella se quedó en casa de mis padres para compartir con sus abuelos, pero al día siguiente, se vino conmigo a mi casa. Yo estaba tan emocionada; parecía un sueño hecho realidad tener a mi querida sobrina a mi lado nuevamente. .

A ella le gusta estar en contacto con la naturaleza, así que decidimos ir a mi pequeña parcela. Nos sentamos, conversamos mucho, de todo un poco, sobre los estudios, sus metas, etc., y por supuesto la sección de fotos no podía faltar... Aproveché ese momento al máximo.

De regreso a casa, vimos una fruta que por aquí abunda mucho; se le conoce como cundeamor. Esta fruta le trajo a mi sobrina gratos recuerdos de su niñez..

Llegamos a casa y me dirijo para donde tengo mis conejos, y como sorpresa, ¡la coneja había parido 9 conejitos! Me quedé sorprendida porque no sabía que estaba embarazada. Enseguida saque al macho y arregle la casita de la coneja, colocando a la cría en un lugar más cómodo..

Al terminar, me dirijo a la sala y observo a mi gata sinvergüenza que estaba amamantando al gato. Ya este está muy grande para eso, pero él la busca donde sea y no le importa la posición para tomar teta. .

Y estas fueron las actividades de mi día; espero que este encuentro con mi sobrina sea el comienzo de muchas más, para seguir compartiendo momentos únicos e inolvidables y con el corazón lleno de gratitud, cierro este capítulo de mi diario. Hasta la próxima.