El arte de encontrar calma en un mundo acelerado
¡Vaya choque!¡Vaya contraste! En aquel momento, en medio de la calle, con el tráfico habitual del centro de la ciudad, al caer una tarde más, y dejada la intensa jornada laboral, con la premura de hacer rápido las compras y volver a mi distante casa, el tiempo pareció detenerse... al menos, para mí. A la lejanía, desde algún remoto lugar, con una sutileza casi imperceptible, llegó a mis oídos el suave murmullo de una melodía.
Era una canción que disfrutaba en mi habitación de adolescente mientras contemplaba, a través de la ventana de mi alcoba, esa pantalla viva que me mostraba una calle bulliciosa, que me invitaba a ver con agrado el pasar de personas, autos, motocicletas, bicicletas, y hasta uno que otro caballito que tiraba de una pesada carga acelerando el paso cada vez que crujía el chicote de su auriga.
Aquellos días volvieron a mí en un instante maravilloso. Fue un momento emotivo que me llevó a paisajes remotos de aquellos años juveniles. Una mezcla de sensaciones agradables se descargaba dentro de mi ser mientras iban in crescendo cuestiones que hubiese querido evitar. Cuestiones que me calaban hondo, como un pájaro carpintero reiteradamente golpea el tronco del árbol hasta agujerearlo.
¿Dónde quedó esa calma? ¿Cómo fue que perdí el rumbo en mi vida, y ahora me encuentro sin rumbo entre compromisos laborales, familiares, de supervivencia, y hasta existenciales? Eran crueles esas palabras, como si un ladrón invisible me hubiera hurtado mi propia esencia durante las noches en que me ausentaba de mi propio ser. Ese descuido me estaba costando muy caro.
¿A qué precio había entregado mis pensamientos? ¿A qué costo había descuidado mi salud física que se deterioraba como la pólvora consumida por el fuego? Y ni hablar de mi salud mental que estaba hecha jirones a consecuencia de tantos compromisos adquiridos desde ya no recuerdo cuándo.
Para seguir leyendo, te invito a visitar mi blog:
https://el-lienzo-de-giulia.blogspot.com/2025/09/el-arte-de-encontrar-calma-en-un-mundo.html
¡Gracias por leerme!
¡Saludos a todos!