Te he leído y recordado las tantas anécdotas diarias, no solo de las chicas sino también de los varones y ahora de los nietos, me ocurre con la nevera, dejan un dedo de agua para no llenar la jarra y sí provoca meterles su cocotazo, pero cuando no están por allí echando, entonces nos hacen una falta horrible.
¿No te pasa que te levantas en la mañana recogiendo y colocando en cada sitio lo que van dejando regado y en la noche ya todo está otra vez igual? Estamos inundadas de hogar. ja, ja, ja, Saludos.
Me encanta tu comentario, jajajaa. Si, la vivencia de hogar puede ser agotadora pero como se les extraña cuando no están. El próximo post es para los varones del hogar.