Dedicado a todas las abuelas del mundo:

Nonnita,

tienes manos arrugaditas,

 y tus cabellos están muy blancos,

pero todo tu encanto, sigue intacto.

No pude contarte un cuento como querías,

solo pude darte mi beso de despedida, 

y tú te quedaste dormida, 

como una niña consentida.

Gracias por tantos días divertidos,

por el chocolate de las tardes,

las galletas que no faltaban 

y los besitos de "buona notte".

Gracias por ser mi nonna,

por jugar conmigo en las tardes,

por favor no estés triste,

porque el amor nunca muere.

Dedicado a mi abuela quien se encuentra pasando por una dura enfermedad y no sabemos cuantos días mas pueda verla. Llegué a mi casa y quise escribirle este poema.

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