Una Imagen y una Historia Semana #92

  Para crear un relato, siempre necesitamos una musa, porque gracias a esa inspiración que exploraremos, desarrollamos una historia mágica. La iniciativa de nuestra amiga @suboohi se acopla muy bien a ello, porque el estímulo que nos invita a usar, es una imagen y, en lo personal, disfruto las dinámicas creativas que fomentan la escritura. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Los juegos que fomentan la agilidad mental, son mis favoritos desde que la memoria me lo permite. Pienso que gracias a esta fascinación, desarrollé la destreza de ser una persona muy analítica; particularidad que disfruto mucho poseer, porque de esa manera veo la vida desde un enfoque más riguroso e incluso, crítico.

  He tenido la oportunidad de conocer la mayoría de estos juegos y, a pesar de que todos me agradan, confieso que el cubo de Rubik es mi favorito. De hecho, es el que me acompaña todos los días, ya que a pesar de no estar en casa, me aseguro de que lo llevo en mi bolso, porque independientemente de dónde esté, me encanta armarlo.

  Para mí, el cubo de Rubik es más que un rompecabezas tridimensional que me lleva a unir nueve círculos del mismo color en cada lado. Dicho objeto, realmente es un elemento que me conecta con el sentido de la resolución de problemas; situación que forma parte de nuestra cotidianidad y, verlo desde este enfoque me enseñó que, si logro aplicar la lógica para ordenar el cubo, puedo solucionar las adversidades que se presentan en mi vida.

  Resolver un cubo de Rubik parece algo sencillo. Sin embargo, requiere aplicar mucha agilidad mental y, no les diré que siempre he sabido cómo armarlo, porque no es así, pero con el paso del tiempo fui aprendiendo para perfeccionar la técnica y, hoy día, ya logro ordenarlo completo en menos de cinco minutos.

  Este relato está inspirado en una imagen que pertenece a uno de los momentos en los que me dedico a armar mi cubo de Rubik y, cuando estoy a un paso de culminar el orden en un costado, me aplaudo fuertemente, porque siento que es mi primer paso para ver que cuando vencemos todos los obstáculos, triunfamos.

  Un cubo de Rubik fácilmente se asemeja a la vida, porque cuando está desordenado, nos topamos con obstáculos. Analogía que se acopla muy bien a las adversidades que se cruzan en nuestra cotidianidad para que aprendamos a ser nuestra mejor versión y, aquí es donde resalto que, nuestra naturaleza humana está centralizada en que aprendamos de las caídas y no, de las bonanzas.

  Estoy convencida de que, todo en la vida tiene solución y, el cubo de Rubik nos recuerda esta magistral filosofía, ya que si realmente queremos vencer una adversidad, hay que aplicar habilidades mentales que nos muestren el camino idóneo para aprender las lecciones de vida que tiene el momento que estamos viviendo.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

La fotografía presentada en esta publicación, fue tomada con mi teléfono celular Tecno Spark 30c y tiene exclusividad para esta publicación