Concurso acelerador Steem4nigeria Semana 100: ¿Puedes recordar?

in Steem4Nigeriayesterday

image.png
Imagen propia / F


▶¿Recuerdas a esa persona con la que te enojaste? ¿Qué pasó?


El episodio de enojo más grande y significativo que recuerdo ocurrió cuando estudiaba en la universidad. Con alguien al que creí mi amigo, con quien había compartido durante mucho tiempo largas horas de duras actividades y muchos ratos de diversión, realicé un proyecto de investigación para realizar la tesis de grado, el trabajo de investigación final que nos proporcionaría la última nota para luego graduarnos. El docente que nos asesoraría ya había dado el visto bueno y manifestó un gran interés en lo que planeábamos realizar.

Sin embargo, en esos días ese supuesto a migo se enamoró de una muchacha que lo absorbió por completo, lo cual era en cierto modo comprensible, porque el amor no tiene, muchas veces, medidas ni razones. Pero debido a que yo estaba muy preocupado por inscribir formalmente el proyecto de tesis, lo busqué para hacerlo de inmediato, ya que el tiempo se nos estaba agotando. Fue entonces cuando me enteré de que ya lo había inscrito, colocando a su novia como compañera de la investigación. Por primera y única vez en la universidad me salí de mis casillas, grité y casi me fui a las manos con ese sujeto tan desleal e inconsciente.


▶¿Recuerdas la última vez que tus padres te azotaron o te gritaron? ¿Qué hiciste mal? ¿Gritar era la mejor manera?


image.png
Un amargo recuerdo.

En realidad, casi no me gritaron ni me azotaron durante la niñez, y mucho menos más tarde, porque siempre intenté comportarme bien. Nunca me pareció adecuado incomodar a mi mamá que bastante trabajo y preocupaciones tenía criando prácticamente sola a sus nueve hijos. Sin embargo, en cierta ocasión en que ella me llamó para que fuese a la bodega a comprarle algo, yo no le hice caso al momento y después se me olvidó eso porque me encontraba por demás de entretenido jugando metras con unos amigos en el patio vecino.

Cuando regresé a casa, ya en los instantes en que la tarde estaba cayendo, mi madre me estaba esperando con una cara tan seria que, por supuesto, no presagiaba nada bueno. En seguida me preguntó, con una mano metida en un amplio bolsillo de su vestido, por qué no había venido en el momento en que me llamó. Yo intenté explicarle, de forma titubeante y con el miedo instalado en mi cuerpo, que me distraje y no me acordé luego, pero ella no me dejó terminar: Cállese la boca, que para todo tiene una excusa, carajo; y entonces levantó la mano que estaba oculta, armada con una correa, y me propinó dos sonoros latigazos por las piernas.

Para aquellos años esa era la forma más adecuada de encauzar a los hijos por el buen camino. No era algo que ocurría, al menos en mi caso, de forma frecuente; y todos entendíamos que en los momentos en que irremediablemente se presentaban casos como estos, era porque lo merecíamos.


▶¿Recuerdas haberte avergonzado en público? ¿Cómo superaste esa vergüenza?


En una oportunidad, me postulé para cantar en un acto cultural que se escenificaría en mi pueblo, con motivo de las celebraciones en honor a su santo patrono. Pasé una semana completa ensayando con dos músicos y todo quedó listo para el día en que debía hacer mi presentación. Cuando, al fin, llegó la hora en que debía tomar el micrófono y arrancar con la letra de la melodía, todo se me nubló de repente; por unos eternos instantes quedé como petrificado observando al público expectante, esperando que yo comenzara para aplaudir. Tuve que retirarme cabizbajo y avergonzado del escenario. Unos diez minutos más tarde, sin embargo, mi memoria pareció iluminarse, decidí desechar los sentimientos de frustración y armarme de valor y confianza para regresar a cantar. Así lo hice y todo salió muy bien.


▶¿Puedes recordar haber tenido una buena vida pasada o si tu vida pasada fue simplemente mala?


image.png
Una niñez feliz / F

A pesar de que mi niñez transcurrió en medio de muchas limitaciones económicas, sin tener sofisticados juguetes ni oportunidades para conocer el mundo que estaba más allá de los límites del pueblo, considero que fui muy feliz en ese pasado, que cuando la nostalgia me invade, quisiera que regresara al menos por unos momentos. En primer lugar, el amor incondicional de la familia siempre estuvo presente; como en cierto modo ya señalé, las normas que se debían cumplir eran quizás mucho más severas que ahora, pero al mismo tiempo, el cariño y la ternura que nos inculcaban los adultos nos sensibilizaban como seres humanos que siempre consideraban a sus semejantes.

Por otra parte, las carencias materiales nos enseñaron a buscar soluciones por nuestra propia iniciativa. Fueron muchos los juguetes y los entretenimientos que nos inventamos en aquel ambiente rural para alegrarnos la vida; eso debió incentivar nuestra imaginación, así como nuestras capacidades para construir con los materiales que encontráramos y con nuestras propias manos todo lo que nos hacía falta. Además, aprendimos a valorar lo poco o mucho que se tuviese; todo cuanto poseíamos, por muy humilde o imperfecto que fuera, lo apreciábamos con gran interés.




Separador agos 2024.PNG



Invito a los amigos:
@rosselena,
@esvisionaria y
@aplauso



Nota: Las imágenes pertenecientes al autor fueron tomadas con la cámara del teléfono móvil, modelo: Samsung SM-A135M.