Ahora que lo pienso, suelo comer un poco de huevo. Una, máximo tres veces por semana. Ya sea en el desayuno con la arepa, o en el almuerzo en una ensalada de papa y huevo. Eso no significa que no me guste, simplemente lo como poco.

Todas las opciones me gustan, aunque frito no lo hago sino a la plancha. La verdad uso muy poco aceite cuando voy a cocinar. Si no lo uso es mejor para mí. Me encanta una tortilla de huevo con cilantro, pimentón y cebolla. Divino. También me gusta revuelto con bastantes aliños. De pequeña lo comía sancochado con salsas.

Usualmente al huevo le agrego una pizca de sal para disfrutar más a la hora de comer. Y cuando se trata de alguna salsa, me gustan todas. La de ajo, guasacaca, de tomate, rosada, de queso, de tocineta. Pero mis favoritas son la de ajo y la rosada, no puede faltar un poco de salsa después de cada mordida al huevo.

Pienso que los huevos combinan con todo. Cuando preparo ensalada de papas, le agrego también cebolla, cilantro, huevo, sal y mayonesa. Es ideal para comer con arroz y pollo con un par de tajadas fritas. Cuando preparo tortilla o un revoltillo es para una arepa con mantequilla, si la arepa es frita y crocante sabe mucho mejor. Ahora si hablamos de repostería, es otro maravilloso mundo, mi perdición la verdad.

El precio del huevo últimamente ha fluctuado bastante, un día está caro y al siguiente ha bajado un poco el precio. Al día de hoy puedo estimar que un cartón de huevo tiene el valor aproximado de 47 steem.

Mi platillo favorito donde el huevo es el protagonista principal es una arepa con revoltillo bien aliñado o cuando es una tortilla. Es una de las comidas que más disfruto.