El hombre de la chiva.

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En un campo guariqueño, había un hombre extranjero llamado Antara Mukhtar, de apacible apariencia, que tenía una chiva, a la que quería mucho, y la cuidaba con todo el esmero del mundo, hasta el punto de no separarse de ella ni siquiera un instante.

Al levantarse, lo primero que hacía era ver cómo había amanecido su chiva, que era blanca y de no muy grande conformación, por lo que era muy fácil para él, encargarse de su aseo, mantenimiento y cuido.

En las noches, al acostarse, celosamente entraba al cuarto con su chiva, y dormía con ella, sin ningún inconveniente aunque tenía la precaución de no acostarse de lado o boca abajo, para no estropearla. La chiva era tranquila, y no molestaba durante toda la noche. Y tenía un cepillo especial, con el cual le arreglaba cada pelito.

Cuando salía al centro, también se llevaba su chiva, y los niños se la quedaban viendo con rostros de gracia y agrado, y hasta les permitía que se la acariciaran un rato. Siempre había quienes lo esperaban con su chiva en algún negocio.

Tan dedicado estaba el hombre a su chiva, que mandó comprar una tijera a Yemen, con la que le daba los cortes necesarios para que se viera bonita, y le echaba agua con un poco de champú, para conservarla olorosa y de bonita apariencia.

Lo que no le gustaba era cuando llegaba a un lugar, y había un cartel donde se prohibía la entrada con chivas. Se iba disgustado mientras le daba unas palmaditas a su querida chiva.

Un día le llegó una orden escrita en un papel, que decía que tenía que deshacerse de su chiva, o si no, debía irse a otro pueblo porque las chivas no estaban siendo bien vistas en el poblado.

De esta manera, el hombre decidió irse a la población de Coro, estado Falcón, de Venezuela, donde los hombres cargan sus chivas, sin ningún inconveniente.

Y desde entonces, vive feliz con su chiva, además de que se casó con una linda coriana que sabe cómo se ha de mantener y tratar una chiva.

Nota de referencia:

Esta clase de cuentos humorísticos se orienta a la imprecisión de saber a qué se refiere una historia de dualidad para la interpretación, que debe ser bien conducida por el autor, y dejar la duda, incluso, después de terminado el relato.

Espero que haya sido de su agrado y disfrute.

Que mi Dios querido les bendiga cada día, con chiva o sin ella.