Gasolina en Venezuela

Hoy esperaba al mecánico en una gasolinera cuando el dueño del auto-lavado de la estación me mostró lo demencial de nuestra economía.

La gasolinera estaba cerrada porque había una cisterna de PDVSA surtiendo de gasolina los depósitos. El hombre me preguntó:

—¿Sabes cuántos litros de gasolina contiene esa cisterna?
Yo no tenía la menor idea.

—36 mil litros de gasolina… ¿Sabes cuánto cuestan 36 mil litros de gasolina de 91 octanos?

—Ni idea…

—El precio de venta al público de un litro de gasolina es de un bolívar

—explicó el señor algo que yo sabía pero en lo que no me había detenido a pensar. No, al menos, en esas dimensiones.

—Es decir, toda la gasolina de esa cisterna, los 36 mil litros, cuestan 36 mil bolívares… ¿Sabes cuánto cuestan 24 huevos en el mercado?

—¿50 mil, 60 mi bolívares?

—Exacto. Con lo que cuestan 24 huevos, pues comprar dos cisternas de 36 mil litros de gasolina de 91 octavos. Pero con eso no pagas ni los sueldos de los empleados de la estación.
—prosiguió el señor—. Ellos ganan más por las propinas que les dan.

Miré la cisterna de nuevo y pensé en un cartón de huevos, absurdo y completamente surrealista.

Si se traduce a dólar negro, podrías surtir una gasolinera entera con menos de un dólar. O podrías vender esos 36 mil litros de combustible en Colombia por ¿25, 26 mil dólares? ¿Qué negocio arroja ese enorme margen de ganancias?
Pero el asunto es aún más surrealista si se piensa que gran parte de esa gasolina no se produce en el país. Es importada, supongamos que a 0,25 de dólar el litro. Saquen la cuenta.

Difícil de concebir, ¿no?

Bueno, con lo que me costó la reparación del carro, yo habría podido comprar 50 cisternas de combustible, venderlas en Colombia y sacar alrededor de dos millones de dólares de ganancia. Más o menos.

Ya saben por qué a pesar de la crisis, esto país sigue siendo un buen negocio. Ya saben por qué aún hay gente que no quiere un cambio…

Fuente imagen camiones de gasolina
Fuente imagen huevo