El próximo destino

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El carmesí de sus labios combinaba con su atuendo, muy evidente para aquella época, pero sin ninguna intención de sentirse mal por no pasar desapercibida. Su mirada enfocada en la lectura de algo que había nacido con el propósito de ser una bitácora de vida. Muchas páginas habían sido llenadas para su corta edad, acumuladas muchas aventuras para una sola vida.
Solo ella podía repasar lo acontecido, su intención era seguir llenando páginas que describieran la vivencias de cosas nuevas.
El mesonero le sirvió receloso una bebida destinada a los hombres, no podía entender la desfachatez de aquella mujer que se había aparecido para apreciar su soledad, con la única intención de mirar algo mientras disfrutaba con igual magnitud de su trago.
El sitio, que por cierto estaba bien concurrido, era testigo del ensordecedor ruido de risas nada cautelosas que se dejaban mostrar cuando los grados etílicos invadían el cuerpo de quienes la consumían, hombres y mujeres estaban, reunidos con la intención de alegrar el lugar con momentos efímeros, sin embargo ella desde su soledad contemplaba aquellas páginas que describían sitios, fechas, lugares descubiertos, aventuras que formaban parte de un sin fin de momentos.
La curiosidad de otra mujer que caminó intencionadamente a su lado le permitió distinguir un artefacto algo peculiar en la mesa de aquella dama de sombrero negro y labios nada decorosos, no entendía lo que era y mucho menos para que podría servir, pero el nácar causaba un brillo majestuoso, en tonalidades de verdes, azules y blanco aperlado.
Algo no estaba bien, era el pensamiento de muchos de los que estaban en aquel lugar, una forastera que se dejaba ver pero que escondía algo, ¿Quién era aquella mujer?, ¿Qué buscaba?, ¿De dónde venía? y muchas más interrogantes formaban la extensa lista de preguntas que recorrían los pensamientos de los lugareños, pero hubo una pregunta que conformó el primer puesto de la lista, una que surgió en el justo momento en que aquella mujer desapareció ante los ojos de todos en la entrada del lugar y luego de presionar el objeto particular que bordeaba aquella mesita redonda.
¿Cuál será el próximo destino al que me llevarás?, se le escuchó preguntarle en voz baja.
Invito para esta participación a la Steemiana @mariami.
Gracias mi bella don gatica por la invitación, estare por acá sin duda atendiendo a tu gran gesto y porsupuesto a participar en esta excelente dinámica; una impecable escritura por cierto, como de costumbre. Abrazos y bendiciones.