y el cocotazo fue terrible aaayyy. De rodillas, tres correazos, ahí tienes la sopa, correazos porque tú no quieres la comida, porque solo quieres jugar a las casitas con las niñas, te gustan las muñecas. ¿Qué te gustan las muñecas? Y otro cocotazo bestial que te hace ver las estrellas y tienes una semana de castigo, no puedes jugar en el matojito con Yusi, te soplas la nariz, mucho ruido, te vuelves a soplar y miras con tus ojos aguados, tu cara de sonso y odias las malas palabras, por eso no juegas con Rey que es tremendo bruto y dice cadas palabrotas, tan sensible, te enseña los puños, te pega en el rostro fájate, anda y hablas en voz alta, le quieres caer a piñazos, romperle la boca.

Miras tus manos delgadas, los pies menudos eres hombre o qué y puede que estés odiando a todos y todo, los correazos del abuelo, la tía Belmis, sus besos pegajosos, cuando te carga en las piernas, te revuelve el cabello rubio y dice que linda mi cosita. Te vuelve a despeinar y te deja en el piso con el lazo verde que traes, que tanto maldices y te ponen de rodillas frente a la cama para el Padre Nuestro, pero tú no tienes ganas y miras la vieja con los ojos cerrados, bendice a José y cuenta las piedrecitas del rosario, a mi hermana Belmis, si Rey me ve con este lazo verde, bing-bang, bing-bang, con la pistola, clase verraco tú eres, de seguro se saca la picha, mira mira y orina delante de todos, sacude fuerte, a papá Manuel, tú eres bandido, tu policía, tu bandido, dos filas, yo el jefe de los bandidos, el pan nuestro de cada día, tipi tiaaauuu, fuego, pero te tocó bandido y no quieres, policía, tampoco, nuestros enemigos, que pendejo tú eres y entonces a qué jugamos, los que padecen hambre y miseria, a la quimbumbia, que va eso es para niños fainos, vuelves a tu posición porque si la vieja descubre que tú no estás rezando se forma la perreta, nuestro dinero, amén.

Todos tienen un secreto, te pones un dedo en la cabeza, dos, tres, señal que estás pensando, que tramas algo, quieres poner en ridículo a Rey, sigues pensando que lo puedes enfadar, parece imposible y vas a darle envidia con la nueva colección de seños, el revólver que suena, te muestras derrotado, Rey baila su trompo que hasta los grandes observan con los ojos fijos, hipnóticos y lo toma en la mano y lo vuelve a tirar, dando vueltas todavía para después quedar atristado en un rincón mostrando indiferente su raya roja. No te vas a rendir tan fácilmente y has dejado las muñecas y esas bobadas, mejor será decir palabras obscenas, halarle los moños a Yusi y le quitamos el bisturí a la melliza que se le viran los ojos, tremendo susto, porque tiene problemas en el corazón y no se puede impresionar y le ponemos una rana fría en la mochila. José tú no fuiste, yo, maestro no y nos castigan a todos en el pasillo, cuchi cuchi, los fainos de la otra escuelita; cuando pasan y nos ven de lo más serios, rabiosos y nos gritan guanajos y nosotros la tuya y cuadramos para caernos a puñetazos a las cuatro y media, Si nos cojen, mientras decimos melones y otras vainas.

Hace dos noches que estoy enfermo y me dan unos tragos fuertes de caña santa, té de limón y la fiebre no se me quita y por la madrugada aparece una mujer que no le puedo ver la cara, toda de blanco y me hala los dedos del pie y yo me escondo debajo de la cama, pero me encuentra y me quiere llevar, virgencita cuídame el niño, aleja lo malo que hay en esta casa, la vieja llora en silencio, cuenta las piedras del rosario, señor que él es un niño. La otra noche sentí que salía del armario y caminamos entre los árboles, ya puedes abrir los ojos y estoy en un cementerio, entre los huesos que crujen y está la tumba de Octavio, que en paz descanse, la de la negra María y la imagen de blanco se va borrando y me quedo frente a una cruz que huye ante mi presencia, la vieja siempre conmigo, veo su cuerpo agotado por las malas noches y puede que esté dejando de existir o solo sean ideas que me pasan por la mente y toco su pelo suave y por primera vez le digo nana y no aguanta ya las lágrimas que le están corriendo por la cara y sale del cuarto donde me retuerzo del calor.

No quiero cerrar los ojos, no quiero descansar, habrá tiempo para eso, pero el sueño me alcanza y lo que recuerdo son como pedazos de una película, Rey me regala su trompo, mi madre con su rosario, yo convertido en todo un hombre y no necesito cerrar los ojos para ver las cruces que se multiplican y se mueven veloces por el cuarto y se dibujan en mi cuerpo agotado, que se vuelven fosforescentes y tienen un nombre y dos fechas que no puedo ver y se mantienen fugaces, fugitivas.

Puede que en cualquier momento pase -tal vez - a mejor vida; como dice mi tía o sea un alma en pena que les salga a los muchachos por la noche y les diga abusadores y ellos se rajen en gritos y se quieran acostar con los papás y los siga molestando aun cuando digan míralo allí y solo ellos puedan ver la cruz de fuego azul que les pego en el pecho y crean que se van a incendiar o me diga la vieja con su voz tan cansada mañana es el día de los Reyes Magos y yo escriba en la pared, sin importarme lo que piensen todos QUIERO UNA MUÑECA CON LOS OJOS VERDES.