‎Con los pies descalzos, inquietos y vacilantes, está Juana un zumbido a lo lejos nunca antes oído, toda su vida en la pradera rodeada de árboles y frescura al respirar.
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‎Siente el suelo moverse, como ondas que deja la brisa al tocar tu rostro, esas eran las palabras de la humilde señora que, al contar el relato bajaba el rostro sin poder creer aún.
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‎Eran las 9 de la noche, una brisa fuerte estremecía el rancho, impaciente salía y entraba como presintiendo el mal. ¡Ese Ruido en la Distancia!. Con una manta sobre sus hombros despierta a su compañero de vida, ¡Párate Jacinto!, él sin saber que sucede, se levanta y al colocar los pies en el rústico piso siente esa vibración nunca antes sentida.
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‎¡Vieja que está pasando!, bajo la lluvia agarran una manta cada uno, un plástico que los protegerá del fuerte temporal y salen del hogar buscando tierras altas o hasta donde sus pies no tiemblen más.
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‎Caminaron como dos horas monte arriba, sus pies se deslizaban en el barro, pero uno al lado del otro servían de apoyo para huir de algo que no sabían que era.
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‎ Cansados, agotados sus pies no daban más, detienen su andar, siente el temblor bajo sus pies muy leve, se siente salvados, se sientan, tapados con el plástico que les servía de techo esperan el amanecer sin pronunciar una palabra, como esperando algo sin saber qué.
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‎Jacinto pensativo, le pareció oir gritos, no dice nada para no preocupar más a su esposa Juana. El temor no lo deja pegar un ojo lo que queda de noche.
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‎Al amanecer, ya el cielo con un poco de claridad ven a su alrededor están cerca de una vivienda decidiendo llegar para pedir ayuda, ya que, por su edad y condición del terreno húmedo no pueden volver a su casa. Ahi, se enteran de lo ocurrido en el pueblo de Tejerias, un deslave inundó el pueblo llevándose a su paso todo lo que encontraba.
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‎Los nuevos conocidos luego de brindarle desayuno deciden acompañarlos a su casa, al irse acercándose a su parcela, guiados por una cerca de Araguaney que recorría parte de la propiedad, su casa ya no estaba, un enorme deslizamiento de tierra se llevó todo, sus animales, sus enceres, su vida.
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‎Solo ellos dos, para contar su historia, de cómo un ruido en la distancia los alertó de lo que estaba por ocurrir. En honor a lo ocurrido en Tejerias estado Aragua.
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‎Si todos hubieran sentido el ruido en la distancia, cuántas vidas se salvaran de ese deslave lleno de desgracias.
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‎La tierra se estremeció alertando al que sintió, esa tragedia pronto se olvidó.
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‎La naturaleza está ahí, para recuperar lo que le arrebato, en un instante sin avisar la humanidad sufre sin parar.
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‎En cada hogar un corazón roto, en cada temor un dolor, en cada instante un grito de dolor que lleva consigo ese pueblo a gritos.
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‎Bendecido día, aquí les muestro el relato de Juana y Jacinto en #venezolanossteem saludos a @solperez agradecida con el amigo @ikwal por su invitación al concurso. Aprovecho la oportunidad de extender la invitación a @carmenyuv @enrisanti @zhanavic69 @napito
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