‎En la orilla, entre la brisa fresca y la alegría de un buen amanecer se encuentra Toribio, con el sentir lleno de esperanzas ya que podrán llevar alimentos a sus casas.
‎
‎Con la madrugada en sus hombros, una cama tibia dejan al observar a lo lejos el ribazon que se deja ver entre la luz de la luna clara y las olas que se mueven como queriendo sacar de sus profundidades ese alimento a las manos del firmamento.
‎
‎Emocionados, en la orilla inician la faena de extraer las redes, esa emoción es simplemente mágica, sus sentidos y sentimientos van hinchando el corazón de aquel grupo de pescadores que solo desean tener su balsa llena.
‎
‎En el hogar, Selena co.o su nombre, espera serena viendo el amanecer llena de esperanzas, donde por momentos piensa en el trabajo fuerte como lo es la pesca y donde su familia, hermanos y pareja tienen que dominar el mar para poder subsistir en cada madrugada que salen a las aguas indomables.
‎
‎Exhaustos, toman un respiro, las gaviotas revolotean tratando de agarrar un aperitivo fuera del mar. Toribio pensativo, muestra una serenidad única, sus pensamientos lo llevan al recorrido de su vivencias donde un día se entro al mar y ya no pudo zafarse de sus aguas llena de vida en inquietantes misterios.
‎
‎Ese sendero amplio que un día lo cautivo, lo lleno de intriga, queriendo saber que hay detrás de ese firmamento que lo lleva entre deseos y sueños.
‎
‎Buscando armonía entre su ir y venir, logrando la paz que le calma el alma, esa serenidad que solo se la da estando en el mar apacible y tranquilo lleno de misterios. Donde al parir lo a Omaña el miedo y al tocar orilla trae alimentos.
‎
‎Serena va la noche, serena el camino, serena va el pescador hacia el olvido, entre los brazos de las aguas profundas, dando la oportunidad de saborear su dulzura.
‎
Agradecida con la comunidad #venezolanossteem y la amiga @solperez ya que, en cada encuentro nos permite poder crear a través de una imagen. Invito a participar a @zhanavic69 @napito @oacevedo @soniap
‎