EL PINTOR Y SU MUSA/PARTE XXXIII
Previamente...
Emma se había quedado sentada en su sofá tomando una taza de café, pensando en qué podía hacer desde la distancia para que Erik, el amor de su vida pudiera sobrellevar el duelo.
Luego fue por una cobija y se quedó dormida en el sofá...
Por otro lado Erik había ido al aeropuerto y tuvo suerte de conseguir un vuelo a esa hora con destino a París. Estando dentro del avión, sentado al lado de la ventanilla cerró sus ojos y la tristeza una vez más lo invadía.
También se quedó dormido y una de las pasajeras muy amablemente se acercó a él, para informarle que el avión ya había aterrizado a su destino. Él agradeció, se levantó de su asiento y salió del avión, seguidamente se comunicó con el chofer quien trabajó para su abuelo.
Finalmente llegaron a la casa de la señora Martha, Erik y su chófer se bajaron del auto y caminaron hacia la puerta principal en donde se encontraba Victoria llorando sin cesar.
En el lugar se encontraban amigos y algunos familiares, entre ellos los padres de Erik. El velorio se llevaría a cabo en la casa de la difunta, fue uno de sus deseos.
—Erik ¡Lo lamento mucho!—fueron las palabras expresadas por quien había sido la cuidadora de su abuela.
Con un abrazo reconfortante ambos se saludaron, Victoria acompañó a Erik mientras le hablaba sobre los preparativos del funeral, la señora Martha quiso un último adiós sencillo, respetuoso y reflexivo. Era importante dejar un mensaje a todos los presentes.
Victoria sacó un cofre en donde se encontraban unas cartas guardadas, estas fueron escritas por los abuelos de Erik.
Una de las peticiones que la señora Martha había hecho con cuidado era que el cofre fuera entregado a su nieto, pero solo después de que ella y su esposo, el señor Víctor, hubieran partido de este mundo.
Mi querido nieto,
Escribimos esta carta juntos, tu abuelo Víctor y yo, porque sabíamos que este día llegaría. Decidimos que debías recibirla en el momento justo, cuando estés preparado para afrontar lo que viene.
Confiamos plenamente en tus habilidades y en tu inteligencia. Tendrás a tu disposición un excelente equipo de trabajo, y todo lo que necesites, podrás usarlo con la certeza de que estamos contigo en cada paso. Solo te pedimos que no te distraigas demasiado; recuerda que la empresa, y también tú, son el fruto de mucho esfuerzo y dedicación, y queremos que siga siendo exitosa.
Sabemos que hoy en día el dolor puede parecer abrumador, y que el proceso de duelo nunca es fácil de transitar. Pero también te aseguramos algo: ¡Lo superarás! Tienes toda la fortaleza y el amor de tu familia para apoyarte en cada momento.
Con mucho cariño,
Tus abuelos.
Al terminar de leer la carta, Erik se quedó pensativo. Sus abuelos tenían razón, todo dependía de él, la toma de decisiones, de mantenerse enfocado y de no permitir que la tristeza lo consuma.
—¿Te gustaría tomar un café?.—preguntó Victoria al secar sus lágrimas.
—Mi familia está afuera, creo que debo estar con ellos.—Erik había expresado.
Erik se mostraba un poco más calmado...
Fueron a servirse una taza de café, el ataúd se encontraba en la sala, con un arreglo de rosas y su aroma característico que ambientaba esa área de la casa, junto a una fotografía de la difunta, con una amplia sonrisa que reflejaba lo feliz que fue en vida.
—Mamá, Papá, hermanos ¡Lo lamento mucho!—Erik se acercó a su familia para darles un abrazo.
—Tu madre y yo necesitamos que al terminar con todo este proceso, platiquemos.—El padre del pintor habló.
—Por respeto a la memoria de tu abuela, lo haremos en otro lugar, así que por favor antes de regresar a Madrid considera lo pendiente.—la madre de Erik agregó.
Erik asentó con la cabeza y se quedó junto a ellos. Uno de sus tíos escribió un poema para su abuela, y lo recitó ante los presentes, fueron unas emotivas palabras que hizo que muchos de los que se encontraban allí dejaran correr las lágrimas sobre sus mejillas.
En la otra sala había una mesa con comida, destilando el aroma del platillo favorito de la abuela Martha, mientras familiares que la querían compartían recuerdos de la difunta.
En esa familia se acostumbraba a hacer ese tipo de despedidas al difunto. A la mañana siguiente estaba programado el entierro de su abuela, y Erik sintió la necesidad de escribir unas palabras, lo usaría como desahogo, como una manifestación del amor y la tristeza que había en su corazón.
—Mi amada abuela, sé que estarás siempre conmigo. Desde lo alto, me cuidarás junto a mi abuelo Victor.—esas palabras lo reconfortaban en lo profundo de su mente.
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El pintor y su musa/Parte I
El pintor y su musa/Parte II
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El pintor y su musa/Parte XXVIII
El pintor y su musa/Parte XXIX
El pintor y su musa/Parte XXX
El pintor y su musa/Parte XXXI
El pintor y su musa/Parte XXXII
Guau... Esta es una novela. Felicitaciones.
Así es, una novela! Muchas gracias por leerme y comentar ☺️
Emma debió tratar de viajar para acompañar a Erik. Por qué no iría?
Shhh! Calma el corazón lector amante de las letras y buenas novelas... todo a su tiempo. Un abrazo reconfortante y lleno de buena vibra 🤗