La imaginación es una capacidad que podemos utilizar de manera magistral en el arte de la escritura, porque a través de dicha habilidad, creamos historias donde la fantasía nos embarca en un fantástico viaje de ilusiones y, nuestra amiga @solperez se ha convertido en el hada madrina que nos impulsa a estimular esa cualidad. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  La música instrumental está sonando en el salón principal del palacio Roca. La fiesta más esperada por la realeza, ha comenzado y, los reyes, príncipes, duques e incluso, condes de distintas monarquías alrededor del mundo, han dicho presente. Para ellos, perderse este evento no es opción.

¡Larga vida al rey!

  Es la expresión que repiten los presentes cuando la banda sonora que ameniza el momento, culmina una canción. La algarabía del rey se siente a flor de piel y, su sonrisa es el mejor accesorio que está luciendo en la velada.

  Los protocolos de la monarquía han quedado de lado y, todos están disfrutando el momento con la libertad que pocas veces tienen. Entre bailes, bebidas, felicitaciones y sorpresas, la fiesta avanza hasta el punto de que han perdido el control de lo que hacen.

Solo se vive una vez

  Grita Carlos y, sus amigos, lo secundan con silabancias. El descontrol avanzó de nivel y, el nuevo rey quiere dar sus pasos prohibidos desde la mesa, pero al subirse, un repentino desplome generó que el salón quedara en silencio total. En un evidente estado de agonía, Margarita, su esposa, se acerca a él y al tocarle la mano, dice que parece un hielo.

  Las murmuraciones pasan a ser el sonido que más retumba en el salón de fiesta y, con un tono de voz sollozo, el médico confirma que el rey Carlos ha fallecido. El silencio nuevamente vuelve a reinar mientras todos se miran unos a otros, destilando una impresión que no pueden disimular, pero el impacto no es por la noticia, sino lo que sucedería si la opinión pública se entera de la fiesta.

Nadie puede saber que Carlos estaba tomando y bailando de manera esquizofrénica

  Manifiesta el conde Pietro mientras observa el cadáver del rey. Margarita, desolada, le pregunta cómo iban a ocultar la realidad y él, con la frialdad que le caracteriza, dice que para la opinión pública, Carlos murió cuando fumaba un puro en el balcón del palacio Roca.

  Ante la aceptación que está teniendo la idea del conde, Estilita no demora en partirse en llanto. Su hermana intenta calmarla y, para mantener su imagen bajo perfil, le asegura a todos que está así por la impresión que le generó el fallecimiento del rey, pero ella insiste en hablar.

Si revelas que eras la amante de Carlos, detonarás un escándalo

  Le susurraba su hermana al oído. Para Estilita, la palabra escándalo tuvo más peso que el amor que sentía por Carlos y, terminó aceptando la idea del conde Pietro, porque no quería ser señalada. Esa noche, la monarquía se unió por algo más influyente que el título nobiliario, creyendo que la verdadera causa de la muerte del rey, es el secreto que los podía destruir, pero el verdadero peligro estaba en la relación secreta que él tenía con su concuñada.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!