Tres microcuentos de silla

  Tener la habilidad de escribir en tamaño micro, es un arte que estoy fomentando en mis habilidades. Debido a ello, me siento muy complacida de unirme a esta iniciativa que nos invita a aplicar el relato conciso, partiendo de una palabra mágica. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

¡Al ataqueee!

  Gritaban las termitas al caerle en cambote a la silla nueva de Peter. Tres segundos después... En la sala todas están volando como cotufas, porque atacaron una silla eléctrica y no de madera.

El camuflaje funcionó

  Entre risas, afirmó Peter

  Tal como mi abuela lo hacía, me senté en su silla favorita para observar el ocaso. Pensé que esto alegraría mi momento, pero no fue así, porque su ausencia opaca el brillo que destilaba cuando ella estaba en vida.

  Desde la ventana de mi sala, veo cómo la silla que está en el porche de mi vecino, se mueve de un lado a otro. ¿Cómo es posible que esto suceda si esa casa está sola, porque todos están en el velorio del patriarca de la familia?

¡Muchas gracias por leer mi publicación!