La canción la escuché hace muchos años y me llamó porque no hablaba de una relación amorosa, de un desencuentro amoroso, de una ruptura amorosa, que sería lo usual en ese tipo de canciones, sino de alguien que quiere simplemente ser auténtico.

En mi juventud (la de hace tiempo, no la de ahora) sobre todo en mis años de universidad, la gente me podía llamar loco, pero era porque quería ser auténtico. Mis padres nunca me reprimieron la autenticidad o la originalidad, con mis hermanos cultivaba la curiosidad y la exploración del mundo al que nos estábamos abriendo.

Hacía de todo: era scout, estaba en teatro, hacía deportes, me reunía con amigos, estudiaba, y de todo quería aprender y hacer algo diferente a lo que ya estaba establecido. No era que me conformaba con ser uno más, sino que quería ver cómo podía hacer algo distinto.

Con esa premisa siempre fui el “loco” del grupo o de los grupos, porque no era igual, no hacía lo que se suponía que debía hacer. Incluso mis sobrinos me dicen Tío Loco. Por eso me gusta la canción de Lavoe -sin duda uno de los grandes salseros de la historia- porque habla de la autenticidad y de la diferencia, pero sobre todo es una locura de originalidad.

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