En las postrimerías del siglo XIX, había una linda joven viuda llamada Bellisa. Ella perdió a su devoto esposo en un accidente. Su belleza e inteligencia eran blancos de una sociedad en la que las expectativas eran rígidas, se aburría entre las tareas domésticas y la insistencia de las personas para que consiguiera pareja.

Un día, en su casa en plena penumbra y mientras se apoyaba en su gavetero junto a la fotografía de su amado esposo ocurrió un extraño fenómeno: de repente aparece una luz muy brillante que emana un fuerte destello que la envuelve. La luz se disipa y aparezco yo, rendido ante su bella figura y su cutis de porcelana. Bellisa me ve, notándose confundida y desconcertada:

—Oh Dios mío, ¿Qué clase de fenómeno es usted? —dijo la bella dama.
—Tranquila Bellisa, vine a proponerte un trato preciosa —le contesto.
—¡Deje el abuso que ni lo conozco! —Exclamo Bellisa.

La conversación comienza tornarse densa:

—Vengo de un futuro distante y si quieres puedes venir conmigo —digo yo.
—¿Del futuro? —me pregunta Bellisa.
—Si del futuro. –le increpo.

Ya con algo de fastidio viro mis ojos y le explico que quiero de ella:

—Mira mi cielo. —digo cariñosamente.
—Ya le dije que deje el abuso—dice una Bellisa molesta.

—Te explico: quiero que vivas tu vida lejos de esta época tan retrograda donde la mujer es tratada casi como un objeto, que trabajes en lo que decidas y seas libres de las ataduras sociales que te asfixian como mujer.

—¿Y eso a cambio de qué?. ¡Ustedes los hombres siempre quieren algo de nosotras! —me grita esta bella pero altanera mujer.

—Bellisa deja la violencia verbal y el salvajismo. Te quiero mostrar la parte luminosa de lo que vendrá, los avances tecnológicos a nivel de informática y comunicaciones, podrás transportarte de un lugar a otro con vehículos y aviones, visitaras sitios que no te hubieras imaginado a través del cine, la televisión e internet, veras como los seres humanos visitan la luna, pero también presenciaras guerras, conocerás el Rock, la Música Popular, el Reguetón y el ascenso de la Inteligencia Artificial—le replico ya un poco cansado.

La protagonista de la historia abre mucho sus ojos y creía que me iba a agredir:

—Señor, usted me está hablando de cosas que no entiendo—me grita Bellisa.

—Por eso mismo quiero que vengas conmigo, para que entiendas, toma mi mano y atrévete a cruzar hacia un nuevo universo- contesto yo.

—Mire señor de otro siglo, aún estoy afectada por la muerte de mi amado esposo, agradezco su amable invitación, pero creo que en este siglo podría ser de más ayuda para las mujeres que en una realidad alterna que no es la mía. Disculpa, pero eres muy raro para pretenderme y yo soy muy libre y decente para fijarme en alguien que viste un trapo que dice Rolling Stones y que me amenaza con conocer una música que se llama Reguetón, ya de sólo oír su nombre esta me provoca repulsión—dice Bellisa con mucha convicción.

Ante tanta negativa a la oportunidad que le ofrezco le digo que la dejare en paz pero que recuerde que yo soy el escritor de este relato.

—Es que eres muy raro, ahora te crees un Dios. Cuídate porque ese tipo de sacrilegio es castigado fuertemente—dice la aguerrida dama.

—¡Tu no me entendiste Bellisa! —digo yo antes de desvanecerme.

Finalmente, derrotado decido regresar a mi tiempo, detrás de una computadora e inventándome nuevas historias en las que tal vez algún día encuentre mujeres más dóciles, aunque he de reconocer que Bellisa tenía razón en muchas de las cosas que me dijo.

Por mi patrte espero haber entretenido a los lectores de la presente publicación en el Concurso de Arte y Escritura #154 , sugerido por @solperez. Enlace Aquí. Invito a participar a @paholags, @lucymavarez y @robertorrivas.

Un gran saludo a todos.

El gif y el separador son de mi autoría, utilice para su elaboración el programa de diseño gráfico Canva y sus elementos. La fuente de la imagen modificada es la siguiente Fuente.