Una imagen una historia
こんにちは、みんな
Aquí toy con mi cuento del concurso Una imagen una historia.
Agradezco a @hljott por invitarme.
Llamo a @mamun123456, @paholags y @astilem para que participen también.
Recuerdos
Tengo un recuerdo de mi infancia. Mi mente lo recuperó de forma aleatoria y desde entonces me tortura.
Cuando era pequeño me habían regalado una tortuga de tamaño mediano. Como era normal en esa edad, me emocioné cuando me la dieron. Todos los niños se sienten así cuando les dan algo y se olvidan de eso a los pocos días.
Mi madre se encargaba de cuidarla, cambiarle el agua, darle comida y demás. Yo me acordaba de ella de vez en cuando. Era como si mamá fuese la verdadera dueña del animal y no yo.
Un día, mi mamá tuvo que irse a visitar a una tía que se había enfermado y que ninguno de sus hijos quería cuidar. Esto fue una muestra del descuido hacia su propia madre y una sentencia de muerte para mi tortuga. Fueron dos semanas sin que el pobre animal bebiera, comiera ni le cambiaran el periódico.
Yo ni me di por enterado de sus necesidades.
Cuando mamá volvió encontró su cadáver reseco en la caja donde la guardaba. Ella lloró por la pérdida. Como era una amante de los animales, la enterró en otra caja y la dejó en el patio junto con las tumbas de otras mascotas.
Y miraba la ceremonia de despedida emocionalmente ajeno a la misma y al dolor de mi mamá.
A partir de entonces, si yo me encariñaba con algún animal ella me miraba feo y me decía:
—No, lo matarás igual que con la tortuga.
Cuando tuve catorce años, le regalaron un conejo. Era una criatura adorable y esponjosa. Cuando quise tocarlo, me golpeó en las manos y lo apartó como si fuese un bebé indefenso.
—Si lo tocas te parto las manos.
Más tarde, ya en cama, me quedé pensando en la forma en la que me habló. El tono gutural de su voz y ¿el odio? En su mirada me hicieron dudar de su amor por mí.
Lamentablemente, esto no fue suficiente pista para saber por qué lo hizo.

Wikipedia
Una prima mía nos visitó para que viésemos a su hijo recién nacido. Me acerqué a ver al bebé. Olí el perfume de sus mantas y me dieron unas ganas de cargarlo. Le pedí permiso a mi prima, pero tronando desde la cocina, mi mamá ordenó:
—No se lo des. Es muy descuidado y rompe todo.
—Pero está sentado. No creo que se le caiga me protegió mi prima.
—No se lo des. Mata todo lo que quede en su cuidado. Incluso si no lo toca.
De la nada, el recuerdo de la tortuga vino a mi mente consciente y fue como si hubiesen quitado un tapón. El entendimiento de porqué mamá me trataba como a un monstruo me cayó como un balde.
Una culpa espantosa me atormenta desde entonces. Ya no puedo ver una tortuga o cualquier otro animal indefenso sin recordar aquello.
A veces, cuando voy a dormir y estoy a punto de perder la consciencia, la imagen del pobre quelonio muerto por mi negligencia me roba la paz y tengo que esforzarme por calmarme antes de volver a intentar descansar.
Yo creo que este recuerdo jamás lo va a olvidar porque su mamá se ha encargado de recordarselo a cada momento haciéndolo pensar ees un monstruo asesino de animales, cuando en realidad debió haberle dicho que tenía que ser más responsable
Hola, @rosselena. Sí, sin duda hay madres de madres... La crianza consiste en eso, en orientar, en guiar, en apoyar, en educar; nunca en reprochar ni torturar con recordatorios sobre eventos pasados que no tienen solución.
Gracias por pasar por aquí y dejarme tu comentario.
¡Holaaa Dana!🤗
La crueldad de esta madre me entristece y molesta, porque el niño no hizo eso por malo, lamentablemente su inocencia no le permitió entender que debía proteger a su mascota de otra manera.
Me gustó mucho tu relato... Te deseo mucho éxito en la dinámica. Un fuerte abrazo💚
¡Holaaaa! ¡Qué gusto leer tu comentario! Gracias por tus palabras y tus buenos deseos.
Te envío mi abrazo de vuelta.
Hola querida amiga, simplemente genial tu historia.
Es lamentable que por falta de empatía, conocimientos o madurez el haya dejado morir la tortuga, no le importo nada!
Ahora le toca vivir las consecuencias de su mala acción y es algo que recordara por el resto de sus días.
Si él era solo un niño la mamá debió enseñarle el valor de la vida y cómo la alimentación y el agua es vital para que el pequeño no quedará marcado.
Me encantó.
Bendiciones.
Hola @danapalooza.
Tu historia me dio que pensar. Un error de infancia hace que la madre le tenga reservas a su hija hasta el punto que casi palpo el odio de ella hacia la hija. La culpa acompañara siempre a la hija.
Muy bien construida tu participación y de verdad me dio algo de miedo por lo irracional de la actitud de la madre.
Excelente participación. Un gran saludo!
Hola!!! Gracias por tu lectura. En la vida real hay muchas madres, tías, abuelas, hermanas y amigas así.