"Una imagen una historia"
Hola a todos.
Aquí estoy con mi aporte al concurso de Una imagen una historia.
Agradezco a @venecineaudio por invitarme y a la vez quiero invitar a @danapalooza y a @eudisdiaz.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Accidente
—Miguel, por favor, toma el teléfono y llama a tu mamá.
Grité desde el fondo de la fosa que había cavado en el patio. Miguelito, siendo un niño de cinco años amante de la comedia física, me miraba desde el borde riéndose de mi desgracia.
—Por favor, trae el teléfono.
—Muy bien —dijo antes de correr hacia la casa.
Empecé a salir con Andrea hacia un año y, cuando ella lo creyó conveniente, me presentó a su hijo quien me cayó bien desde el principio, pero a medida que lo conocía me di cuenta de que muchas luces no tenía.
Con el tiempo aprendí que lo mejor era no decirle nada a Andrea para que no pensara que no lo quería y que la relación que teníamos se resintiera. Eso incluía que yo debía dejar de lado mi pereza característica y mi ignorancia sobre ciertas cosas relacionadas con mantenimiento doméstico, reparación entre otras para convertirme en un hombre de familia.
En el cumplimiento de estos deberes tuve que usar a mi hijastro de ayudante y esto me trajo como consecuencia que viese cosas que yo hacía –y que me costaba abandonar- y que él no debía saber, siendo algunas de ellas beber agua directo de la botella, no lavar los platos sino hasta el último minuto, es decir, una hora antes de que Andrea llegue del trabajo y cierto tipo de material multimedia que pondría en peligro mi imagen de tipo serio.

Pixabay
Tanto Andrea como yo acordamos iniciar un huerto en casa y para guardar todos los desechos orgánicos, sugerí hacer una fosa para tirarlos en ella y sacarlos a la hora de sembrar o trasplantar. Lo malo fue que se me fue el tiempo viendo mi material multimedia de la juventud –soy un adulto competente. Lo juro- y, cuando caí en cuenta de que ya se acercaba la hora de regreso de Andrea dejé de lado la computadora he hice en dos horas lo que debí haber hecho en todo el día.
Justo cuando creí que me había librado, me acordé de la fosa. Tomé la pala y le pedí a Miguelito que me acompañara. No podía irme al patio y dejarlo a él solo dentro de la casa. Yo nunca lo dejaba solo sin importar qué hiciera ni en qué parte de la casa iba a estar.
Ya iba por la mitad del trabajo hasta que me mareé y caí golpeándome en la rodilla. Cuando terminé de lamentarme, vi que esta me sangraba. No sería capaz de salir por mi cuenta ni menos de caminar hasta la casa.
—Por favor, toma el teléfono y pásamelo —repetí llorando.
Cuando miguelito estuvo de vuelta me lanzó el celular el cual aterrizó en mi estómago y telefoneé a Andrea y a una ambulancia.
Mientras llegaban, Miguelito se puso a correr por el patio y a hablar con los hijos de los vecinos al otro lado de la cerca.
En dos ocasiones, un par de sirenas me engañaron haciéndome creer que ya había llegado la ayuda. La desilusión fue brutal.
—Mami —chilló Miguelito.
—¿Dónde está Vicente?
Escuché sus pasos atravesando el patio y cuando asomó su cabeza hacia donde yo estaba, llamó a la ambulancia y entonces ahí sí que llegaron.
Andrea y Miguelito me acompañaron y esperaron a que me atendieran. Mientras tanto, Miguelito veía Storm Hawkes en mi computadora.
—¡Esta linda la serie que descargaste para Miguel! —comentó Andrea.
Que mala suerte tuvo Vicente al caer en la fosa. Un adulto competente, pero no muy organizado que se diga. Al menos el niño pudo buscarle el celular y lanzarlo. Me gusta mucho tu estilo de narración.
Hola @hljott.
A Vicente no le tocó fácil con Miguelito, jajaja, en la medida que iba leyendo pensaba en el desastre que le tocaría vivir.
Imagino que las ambulancias llegaban y el niño las despachaba de una vez, mientras Vicente sufría la penuria.
Pensar que si él está enamorado, le tocará pasar muchos años alerta a cualquier sorpresa de Miguelito.
Un "Daniel el travieso" jajaja.
Saludos
Creo que el señor Vicente siempre será un niño a pesar de los años que tenga porque siempre deja todo para última hora como lo hacen los niños y jóvenes, además es amante de las series animadas y no es que esto sea malo pero por dejar todo a último minuto fue que le pasó lo que le pasó espero que de ahora en adelante aprenda
Lo que diferencia a los niños de los adultos es la organización. Una muy buena cumplida a rajatabla. Sólo que no todos los adultos aprenden esto pronto.
Saludos.
Hola @hljott.
Muy ingeniosa tu historia. Nunca es bueno dejar para más tarde las cosas, a eso se le llama procastinar. Si hacemos las cosas oportunamente, con calma y con cuidado nos queda más tiempo para el disfrute. Esas costumbres de niño muchas veces son dificiles de abandonar, yo aún disfruto muchas series animadas ya sean americanas, coreanas, chinas o japonesas. Te asegro que muchos nos vimos reflejados en tu historia.
Un gran saludo!
Tan pronto vi la imagen se me ocurrió eso. La buena organización es importante aunque no todos la aprenden enseguida. Yo veo series viejas por internet y aún no sé si pueda hacer posts sobre ellas.
Gracias por comentar.