Justo ahora estoy sentada frente a la laptop, no sé qué escribir porque tengo muchos pensamientos que compiten en mi cabeza por atención, creo que estoy muy dispersa estos días, no logro concentrarme, y me invade un sentimiento que se parece mucho a la ansiedad. De alguna forma he estado perdiendo mi equilibrio, mi tranquilidad interna, esa que no me deja decir tonterías, ni chistes malos o verdades en forma de bromas...

Creo que he estado reprimiendo mucho mis sentimientos o mejor dicho, mis emociones. Soy como un personaje de novela que por momentos se va por un desfiladero sin saber qué hacer y sin preocuparse por donde va a caer…

Se me ha ocurrido que yo misma puedo recetarme la solución: Nada de distracciones vacías para tratar de huir, nada de pantallas de colores para distraerme de la ansiedad que me producen las emociones acumuladas y el deseo de escapar…

Hace años llegue a temerle a las emociones que se sienten como negativas por ser pesadas e inmanejables. Aprendí a salir a caminar en lugar de llorar o gritar, en lugar de deshacerme en explicaciones que nadie comprende… Supe que la solución no está afuera sino adentro. Que las emociones son como oleadas que inundan la playa en la tarde impulsadas por la subida de las mareas, por las estaciones lunares, pero que más tarde o más temprano, el mar se retira y todo vuelve a su lugar…

Paciencia, es lo que hay que tener, pero no esa paciencia que se parece más a una tortura, sino Paciencia, de la que empieza con la “P”, de Paz.

Poco a poco me doy cuenta que muchas de las situaciones que causan tristeza y desazón en mí, provienen de las relaciones con los demás, al igual que son una gran fuente de felicidad, también tienen el poder de causar esa desazón que me quita las ganas de hacer las cosas.

Sí, ya sé que la motivación debe venir de adentro, pero es absurdo pretender que los demás no me importen, porque sí me importan.

A veces pienso que aun no he terminado de comprender que la vida es así, con altos y bajos, con alegrías y tristezas, con decepciones, que la gente no es perfecta, ni las situaciones. Que lo ideal no existe y que eso no significa que no se pueda estar bien con lo que hay.

Cuando me siento así, no le encuentro sentido a nada, leo cosas que luego siento que no me gustan y no me importan, y que no quiero hacer nada por obligación y menos si es algo que no tiene sentido para mí. Necesito encontrarle el sentido a las cosas, necesito que para mí tengan un significado… Y la vida está llena de cosas que se sienten o siento tan absurdas… Entonces necesito encontrar o crear mi mundo, un mundo en el que puedo hacer, sentir, y que pase lo que pase, todo está bien.

Es el mundo de la creación, del hacer algo que a mí me guste, de hacer algo que tiene sentido para mí, aunque ahora no lo pueda ver…

Hay muchas cosas en las que creo, en las que todavía sigo creyendo, y creo que me siento mal cuando traiciono esas cosas porque en mi humanidad soy débil y me traiciono a mí misma. A veces sé y comprendo que todavía no tengo la suficiente fuerza para ser fiel a mí, que muchas veces me siguen importando mucho más los demás, y esto me hace llorar no sé si por ellos o por mí…Pero creo que hay algo de mi naturaleza en esto que se repite en diferentes momentos en mi vida…

Solo puedo dejar que pase, que las cosas sean lo que son sin intentar contenerlas… todavía aprendo esto… No son cosas sencillas a lo que me refiero, me refiero a situaciones, a circunstancias que están muy por encima de mí y ante las cuales solo soy una espectadora…

Tal vez tú que lees no comprendas nada y está bien… tal vez lo escribí así para que no sea completamente revelador, porque solo son emociones y a veces no tienen tampoco sentido. Porque sé que son momentos nada más, que mañana las aguas bajaran otra vez y el sol volverá a salir y secar lo que ahora está mojado… Porque la vida es así, es difícil, aunque sé que todavía sigue siendo hermosa...

Muchas gracias por leer y comentar.

_{Las fotos son de mi autoría.}

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